viernes, 5 de abril de 2013

POM-POM un cuento para niños ...( y para no tan niños, con corazones tiernos)


 
Pom-Pom era un gatito negro con una enorme cola, larga, suave y brillante y con unos ojos enormes de color ámbar. 
POM-POM


El había nacido un 11 de marzo, junto a su hermana: Moh–Moh y su estúpido hermanito, Tonti-Tom, en un barrio obrero, de gente trabajadora y cerca de un hermoso parque que se llama Parque Chacabuco.
 
PARQUE CHACABUCO (Buenos Aires, Argentina)


La casa donde vivían era una confortable caja de un solo ambiente, pero con muchos almohadones, que la hacían confortable.

Pero una tarde muy calurosa, al final de un largo verano, su madre, la señora Miichi-Miichi, salió a comprar leche para la cena, a un negocio muy cercano a la casa.

En ese mismo momento, Tonti-Tom, el travieso de la familia, de color gris jaspeado y con una cola más cortita que la hermosa cola de Pom-Pom,
 
TONTI-TOM

salió de la casita-cartón y se dirigió a la calle por una puerta dejada abierta, por descuido.

Moh-Moh, la hermosa hermanita de ellos, con pelaje blanco aterciopelado y enormes ojos verdes,  fue corriendo a avisarle a Pom-Pom que Tonti-Tom se había escapado. 


MOH-MOH

Pom-Pom lo siguió gritándole “Vuelve Tonti…. eres un gato estúpido y nuestra mamá nos castigará a todos por tu culpa…! ¡vuelve! “
Pero el “Tonti”  de la familia no prestó atención a los gritos de Pom-Pom y desapareció en la concurrida calle de esa gran ciudad.

Pom-Pom comenzó a llorar … y llorando, llorando perdió su camino de vuelta a su casa y el negro manto de la Señora Noche, empezó a cubrir la ciudad y a su gente.
……………
¡Pobre gatito! Estaba endurecido de miedo y encima los perros del vecindario  ya empezaban a cantar su canción pandillera favorita

  SI ESTA NOCHE CAZAMOS UN GATO
 laaaaralaaa
TENDREMOS UNA FIESTA 
laralaaaaa
QUE DURARÁ UN BUEN RATO… 
LA RA RAAAAA
a ja jaaa…. Ja ja jaaa   

…………………
Pom-Pom se escondió detrás de una puerta abierta que daba a un zaguán antiguo,largo, frío, con techos altos

                                como nunca había visto.
 

… con escalones de mármol de color café con leche, y
 una puerta cancel con vidrios de colores (lindos vidrios, aquellos).

Al parecer, nadie vivía allí, no se escuchaban voces ni ruidos….  y se quedó dormidito, acurrucado en un rincón de ese zaguán con olor a humedad y a viejo.

…………………………………….
“Ohhhh…. ¡Este es un hermoso gatito!” Él se despertó con esa vocecita llena de melodía y dulzura... y allí estaba ella:

Una pequeña niña de unos siete años, muy delgada, con  enormes ojos color miel y dos trenzas castañas colgando de cada lado de su cabeza…  Era pequeña,  bonita y tierna y cuando sonreía, se le veía un diente roto que la hacía simpática y con cara de traviesa.

-“Gatito lindo, ven conmigo, te llevaré con mamá” le murmuró al oído, ya agachada y acariciándolo.

-“¿Tú  conoces a mi mamá?” le preguntó Pom-Pom

-“¡No!, te llevaré con MI mamá” le respondió ella.

Entonces lo abrazó, lo levantó en vilo, lo puso junto al pecho y lo llevó hasta su casa que estaba en la acera de enfrente… mientras cantaba una extraña canción:

“Farolera tropezó
 Y en la calle se cayó
 Y al pasar por un cuartel
 Se enamoró de un coronel…
 Alcen las barreras
 Para que pase la farolera…”

-“¿qué es ESO?” preguntó Pom-Pom

-    “Oh… es una canción del país de mi abuelita y ella me la enseñó, ¿te gusta? Dime, gatito ¿cuál es tu nombre?”
“ Me llamo Pom-Pom ¿y tú?”
“Mi nombre es Mabel”
“Me gusta tu nombre” dijo Pom-Pom
“Y a mí me gusta el tuyo, mucho, mucho, mucho” le respondió la niña, que cada vez lo abrazaba más y más
-         ………………………………………..

-         “¡ Mamá…. mira!”

-         “¡¡Un GATO!! Deja a ese animal inmediatamente, probablemente esté enfermo, infectado con algo y te rasguñará  la cara. Los gatos son traicioneros”

-         “Oh, no mamá, él es bueno, se llama Pom-Pom, se perdió y no encuentra su casa. Ya está cayendo la noche y está muy asustado”

-         “Ah!..¡ Ya veo! Y…¿cómo sabes todo esto?”

-         “Porque me lo dijo”

-         Tú y tus ensueños, tus duendes, tus hadas y tus grandes conversaciones con los animales…vas a sufrir mucho en la vida si no te adaptas a la realidad”.

……………………………………………

¡Y Pom-Pom se quedó!   


……………………………….
Pom-Pom dormía en una cajita muy confortable, dentro de la cocina, que estaba en el patio trasero, pues no había más sitio para él ya que,  escasamente,  lo había para la familia de Mabel que compartían todos una habitación muy grande…… pero UNA SOLA HABITACIÓN y la madre no quería que Mabel durmiera con su gatito….

Apenas se abría la puerta de la cocina, por las mañanas, Pom-Pom corría hasta donde dormía Mabel en la habitación familiar,  en el primer patio de esa casa enorme y fría y trepaba por su cama, caminaba sobre los brazos, sobre su  pecho, sobre la cabeza de la niña y con las garras bien escondidas, le acariciaba suavemente la cara para despertarla. (nunca más la despertaron de esa manera…. Y aun siente sus caricias…. y las añora)

Apenas ella abría los ojos y le sonría a Pom-Pom, él se metía debajo de las sábanas, se enroscaba pegado a ella y ronroneaba todo el tiempo... hasta que ella se tenía que preparar para ir a la escuela.

¡Ellos se querían tanto! Se echaban de menos, durante las horas en que Mabel estaba allí, pero apenas regresaba, empezaban a jugar, a correr por el largo pasillo
de esa casa vieja y fría, con sus altas paredes, las que ya de mayor, mencionó en una de sus poesías : "limitando las baldosas y mis alas... la pared tocaba el cielo de tan alta"  y las pocas macetas con plantas que allí había, "no conocían de grávidos retoños ni de mortales escarchas"

Pom-Pom y Mabel tenían un secreto: ellos se hablaban, se contaban sus cosas…. Y nadie lo sabía.

Los días pasaban felizmente para los dos y Pom-Pom se convirtió en un hermoso gato,con su cola enorme y gruesa y sus ojos color ámbar. Parecía una pantera.



 Era el único amigo de Mabel, de esa niña siempre solitaria, "que soñaba rimas y lloraba a solas " esa niña, a la que pequeñas cosas le dolían y otras, pequeñas también, la hacían feliz.
………………
Y “ese” día llegó:

“Mabel, vé a la carnicería de la vuelta y compra esto” Y su madre le entregó un 
papelito con dos o tres líneas escritas.
“Me llevo a Pom-Pom” 
“¡No!, deja a Pom-Pom aquí, él te esperará”
“Hace frío…¿lo puedo dejar debajo de mi almohada así no me extraña?”
-“Si, claro”

Y ella se fue cantando esa canción que tanto le gustaba:

“Farolera tropezó….
Y en la calle se cayo….”

Volvió al rato y lo primero que hizo fue buscar a su amigo, debajo de la almohada, pero él no estaba allí.

“Mamá, ¿dónde está Pom-Pom?. ¡No puedo encontrarlo!”

“El nos dejó querida, su madre vino a buscarlo y él se fue con ella”

-“¿Él se quiso ir?

 “¡Sí, claro! Era su madre ¿no?
………………
Los siete años de Mabel,  esos siete años del siglo pasado, eran inocentes, acaso tontos, crédulos…..¡y lo creyó!

Mabel nunca lloró, nunca le mostró a nadie, que su corazón estaba roto, deshecho…Pero día tras día, y a cada momento, lo buscaba, debajo de la cama, detrás de las puertas, debajo de su almohada….
…………………………..

Una suave caricia la despertó y al abrir los ojos, vio los de Pom-Pom¡Estaba a su lado! ¡había vuelto!
…………
“¡¡ Mamá!!....¡¡volvió!!
“¿Quién querida?”
“Pom-Pom”
“Pero si nunca se fue…. Debes haber tenido un mal sueño...
.......................................................... Y EL TIEMPO PASÓ.....




Muchos dijeron que Pom-Pom nunca había regresado, que fue una invención de la niña, para no sufrir tanto....

Pero ellos, los dos amigos, siguieron caminando juntos ese largo camino que a veces nos da la vida.
                     (shhh ... por ahí acaban de pasar)

Pom-Pom  y Mabel... juntos recorriendo el largo camino de los sueños...
                                


                                  El está siempre con ella

lunes, 1 de abril de 2013

CASTILLO EN RUINAS (una historia casi "real")





Ella sabía que ya no era joven, ni tenía la belleza de antaño y que debido a un problema hormonal, había engordado considerablemente..

Estaba casada desde hacía muchos años; sus hijos ya casados, vivían a varios kilómetros de distancia; tenía nietos hermosos y sanos.
Muy dentro suyo se sentía joven, como si los años no hubieran caído sobre su cuerpo “como lluvia fina”, como si los años la hubieran olvidado o evitado, o esquivado, ... Ella lo creía, y era feliz creyéndolo.

En el fondo de su corazón pensaba que su esposo amado la seguía viendo bella - como ella lo veía a él - aún con la belleza de la vejez y de las canas…pero bella y grácil.
Pero no era así y lo comprobó de una manera cruel.
Ese día se abrió a su amiga y le contó de cómo lo supo y de qué manera dolorosa.
Necesitaba decirlo, sacar el dolor de su pecho, que como agua estancada en un aljibe en desuso, la estaba enfermando.

Necesitaba decirlo y oírselo decir en voz alta a sí misma,  oír su voz, pero a la vez,  como si estuviera presenciando una obra teatral y ella sentada en la platea viendo a los actores.
Y así... comenzó lentamente a contarlo
hubiera dado lo que me queda de vida (aunque sé que no es mucho ofrecer) para seguir con la ilusión de que él me seguía viendo linda, atractiva… y todas esas cosas que yo me creía antes, porque él me lo decía siempre.Pero una simple charla en una simple reunión de amigos, me abrió los ojos y me rompió el alma de golpe y sin previo aviso.
Estábamos cenando con una pareja más joven que nosotros y mi marido analizando la parte social del pueblo en donde vivíamos dijo de repente:
“aquí miran fijamente y no sé por qué! ¿quién nos va a mirar?, si fueras tú (le dijo a la joven que estaba sentada del otro lado de la mesa) rubia y joven… pero a nosotros…. bueno, por lo menos a mí...” ( lo quiso arreglar un poquito eludiendo mis ojos) pero el daño ya estaba hecho, la daga había atravesado mis carnes. El malvado “nosotros” ya había sido pronunciado y me estaba destrozando.
Pedantería? dices, ¿coquetería? insinúas... ¿ falta de ponerme en mí lugar y en mi edad, en mi tiempo y espacio (aunque ya muy ajustado)…? Acaso un poquito de cada cosa en pequeñas dosis, sólo lo justo, solo por ser mujer.
Pero lo realmente doloroso de todo eso, es la manera que mi esposo, mi amado de toda la vida… me está viendo y quién sabe desde cuando.
¿Y yo qué hago ahora?
¿ me dejo morir gorda, fea, vieja y canosa?
¿ me invento un cuentito de hadas, donde seguimos felices y comiendo perdices?
¿ me pongo a llorar como loca?
¿Se lo trato de explicar lógica y filosóficamente para parecer más importante y dueña de mis actos y sobre todo,para que no me tenga lástima?
y… si como respuesta, recibo un “estás buscando problemas de nuevo”...
¿que hago? …
.......................................................
Me siento tan triste y tan fea de golpe.
Además, ese mismo día, como broche de oro, al tratar de bajarme del auto con mucha dificultad por mis quilos de más y el reuma asolador, le pedí que abriera un poco más la puerta porque no podía bajarme, y entonces lo oí diciéndoles a nuestros amigos....:
“ no es la puerta, son los kilos”. (y se reía... se reía de mí !)
Ah! en ese momento me doblé de dolor, pero de dolor en mi corazón, aunque sano, pero roto de pena.

Mi dolor es doble: ya no soy más su princesa y ya no tengo a mi lado a mi noble caballero, ése que me veía hermosa…y me lo decía.
¡ Qué tonta…cuánto hacía que no me miraba en el espejo ¡ Pero mirarme de verdad…!
Aquel muchacho que estaba tan orgulloso de mí, de su esposa, aquél que era gentil y delicado ¿dónde está? Acaso lo aplastó la vida, mis kilos, la vejez? o acaso ¡ nunca fue real !
Ya todo acabó… y tengo ganas de morirme. Se quebró el encanto y a partir de eso lo miro y no lo reconozco. No lo siento mío ni le pertenezco… Estoy en otra dimensión que no es la mía y ahora creo que nunca estuve allí !
Sólo te pido un favor: no me pidas que te cuente nada más, déjame sacar este dolor inmenso de a poquito…y en soledad…. a ver si puedo. Y de no poder tendré que continuar mi camino con él, arrastrándome junto a ese hombre que ya dejó de ser mi ilusión de vivir.
Y por favor, trata de olvidar lo que te conté.
No le tomes rencor… él también ha envejecido y todavía no lo sabe……….
pero yo lo sigo amando, tal vez más que nunca, tal vez de otra manera, pero lo sigo amando como cuando empezamos nuestras vidas juntos...
¡Qué pena todo esto …!”

Y se fue caminando triste y lentamente hacia su casa, esa que había sido su castillo y ahora estaba en ruinas y donde seguía morando un“Príncipe Azul” avejentando y solo, sin su princesa, que ahora, tan solo era,  una mujer que lo acompañaría en su camino hacia la nada.


              Y yo me quedé llorando por ella, por él y por mí…

viernes, 29 de marzo de 2013


Mondoñedo Noche de Bruxas

Hotel donde transcurre la historia


Desde hacía años vivíamos en Australia, y regularmente visitábamos Europa, empezando por España, la tierra de nuestros mayores. 
Ese año llegamos desde Francia, alquilamos un coche y, atravesando los Pirineos (“piri” fuego “neus” nieve) nos dirigimos hacia Galicia, cruzando San Sebastián, Cantabria, Asturias y. así,  llegamos a Lugo. 
Mi esposo sabía que su padre, fallecido cuando él tenía tres años, era originario de esa región gallega, pero no sabía de qué comarca exactamente, ni el año de su nacimiento.
Sólo sabía, a través de su madre, de lo poco o casi nada que ella le había dicho, que cuando nació, su padre ya tenía cincuenta y siete años y su madre veinticuatro.
Era su segundo matrimonio y tenía hijos mayores que su flamante esposa, mi suegra. 
Con el deseo imperioso de encontrar sus raíces y la familia paterna, comenzamos a buscar, a través de cartas, la partida de matrimonio de sus padres, la cual no se encontraba por ningún lado. En eso estábamos cuando decidimos hacer un viaje a España, un viaje a la tierra de sus padres y de mis abuelos: Galicia y Catalunya.
Llegamos a Mondoñedo, casi de noche, cansados y con una gran tormenta que se avecinaba. 

La tormenta se avecinaba y llegamos al hotel de la primera foto.

¡Hermoso lugar ¡ El hotel caía como en cascada sobre la ladera de la colina. Se entraba por el último piso y todas las ventanas daban a un profundo valle.
Ya empezaba a soplar un viento helado y furioso.
Tocamos la puerta y estaba cerrada, pero vimos un cartel que decía :”por hospedaje dirigirse al número xx de esta misma ruta” (eran apenas unos doscientos metros de distancia) 
Allí fuimos. Una señora muy joven, guapa y amable nos atendió y resultó ser la dueña del hotel y viuda recientemente. Nos acompañó de vuelta al mismo, abrió la puerta de vidrio con su llave y nos dijo que no había nadie alojándose en ese momento, que seríamos los únicos, si aceptábamos estar totalmente solos en todo el hotel, durante la noche, ella no tendría ningún inconveniente en dejarnos, pero con la puerta principal cerrada con llave. 
Le dijimos que no había ningún problema.
El viento ya era furioso y la oscuridad nos estaba envolviendo.
Nos dio un cuarto (si mal no recuerdo) en el cuarto piso sobre el ala izquierda.
Nos avisó que por la mañana llegaría la empleada que se encargaba de preparar el desayuno en el salón que estaba en el último piso ( o sea el de abajo de todo).
Nos dejó su número de teléfono para llamarla en cualquier situación de
emergencia y se marchó. 
La tormenta ya estaba sobre nuestras cabezas. Y el viento rugía como una fiera enjaulada.
La Recepción era pequeña pero muy bien decorada, predominando los tonos rojizos y aterciopelados. Hacia la izquierda había un salón con cortinados rojos también, que cumplía la función de pequeño teatro/cine.

Frente a este salón y también a la izquierda de la recepción comenzaba la escalinata tapizada en rojo, que bajaba siguiendo la ladera de la montaña, hasta su base, y a cada lado de ella, de tanto en tanto, un descanso para permitir el acceso a los cuartos de los diferentes pisos. Si mal no recuerdo eran 5 ó 7 en total (no lo recuerdo bien).
Todo absolutamente limpio, confortable y casi diría : mágico.
No sé por qué, apenas entré en ese hotel, todo me pareció “mágico”.
No estaba asustada ni mucho menos por el hecho de estar solos. Primero y principal porque estaba con mi esposo y segundo porque no me alarman esas situaciones, por el contrario, gozo con el misterio que encierran algunas de ellas.


ventanal del cuarto
 
Fuimos al cuarto y en el momento que entramos, un golpe de viento abrió la ventana y sentimos que casi nos aplasta contra la pared de entrada.
A mi esposo le costó cerrarla porque el viento era feroz.
El valle no se veía. Era la boca de un lobo… y el viento rugía cada vez con más fuerza. Era un monstruo desatado!!!
Nos dimos una ducha y nos metimos en la cama.
Ya a punto de dormirnos, escuchamos un ruido en el pasillo y … pasos…
“¡ Cómo ¡ ¿no era que estábamos solos?” dijo mi marido.
Y la terrible frase que ya esperaba,  la escuché inmediatamente: “Voy a ver”
Se vistió y salió del cuarto, pero me hizo cerrar la puerta con llave detrás de él.
Yo fui a mi maleta y busqué unas tijeras que llevaba y las sostuve en mi mano.
Al rato, golpearon la puerta:
“tac, tac”
“¿quién es?”
“¡Soy yo ¡”
¿“Yo” quién? …
“ ¡vamos, abre ya !“ “¡Un poco más y me pides el D.N.I.”!
Y abrí, sin soltar las tijeras.
Resumiendo: mi marido vio a un señor delgado con una toalla en los hombros que se metía en un baño común. Se saludaron y mi esposo volvió al cuarto. Conclusión: “Otro huésped, tal vez recién llegó…”



comedor del Hotel, en la base del edificio.


Por la mañana nos levantamos y bajamos al salón-comedor al pié de la ladera, para desayunar.
Esperábamos encontrar al “fantasma” nocturnal, desayunando también. Pero no estaba. Solamente nosotros dos.
Cuando la camarera se acercó a la mesa, le preguntamos si habían más personas hospedadas allí.,  nos dijo que NOSOTROS ÉRAMOS LOS ÚNICOS.
Entonces mi marido le comentó lo de la noche anterior y la muchacha con los ojos muy abiertos nos dijo “Aquí no se hospedó nadie en muchos días, anoche estabais solamente vosotros dos” 

¡¡ UYYYY !!
………………….

Leyendo hasta aquí, tal vez piensen que eso fue todo… ¡PUES NO!
……………………………………
Mientras esperábamos que nos sirvieran el desayuno, de repente le dije a mi marido, “ pensar que este año tu papá cumpliría cien años” (recuerden que le llevaba cincuenta y siete años a mi esposo).
“No, sólo noventa” me contestó.
“¡No señor! Cien años este año!” Respondí muy empecinadamente.
En ese mismo momento estaba sacando una servilleta de papel de uno de esos servilleteros de metal donde están todas las servilletas juntas, aplastadas… mi marido había sacado una hacía un instante. Cuando yo la iba a llevar a mi boca, vi de soslayo, algo extraño en la servilleta… como dibujitos…. y cuando la miré detenidamente leí, escrito a mano, con letra cursiva y con lapicera azul:
100 años
Me quedé petrificada, no podía hablar. Se la mostré a mi marido, la miró y dijo después de unos instantes (como buen escéptico que es)”casualidades” y la arrojó al cesto de la basura.
“casualidades” …. (¿¿¿???)

¿qué les parece? 
……………………………………………..........................

"Eu non creo nas bruxas, pero habelas, hailas".